A 13 años de su sanción, la Ley de Bosques todavía no cumple con sus objetivos

En un informe presentado por Fundación Vida Silvestre Argentina y la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) se destacan las principales limitantes de la Ley, con el objetivo de plantear una agenda de trabajo para propiciar la mejora en su implementación.

 

Junio 2020- Argentina cuenta desde hace casi 13 años con la Ley 26.331 de Bosques Nativos, una herramienta imprescindible para planificar el uso de estos ecosistemas permitiendo equilibrar producción y conservación de la naturaleza. Sin embargo, hasta ahora, su implementación ha sido parcial.

En el “Diagnóstico actualizado del estado de implementación - Ley N° 26.331” publicado recientemente y elaborado por FARN y Fundación Vida Silvestre, se realiza una revisión histórica desde la sanción de la Ley de Bosques Nativos y se identifican los principales problemas de su implementación. El informe resume los vacíos, brechas, barreras y cuellos de botella, identificando los avances que ya ha habido, las herramientas que ya existen, así como también recomendaciones y alternativas de solución.

Entre los principales hallazgos del informe se pueden mencionar:

  • La desfinanciación sistemática de la Ley: desde su sanción no ha habido un período donde el presupuesto asignado por el Congreso Nacional se correspondiera con lo que expresamente la norma establece y recibió mucho menos del 10% de lo que le correspondería.
  • Dificultades en los procesos de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN): tanto en su elaboración como actualización, han sido y continúan siendo procesos lentos y con deficiencias que incluyen el incumplimiento de plazos predeterminados por la Ley y fallas en la participación ciudadana requerida.
  • Falta de definición de metas, indicadores y evaluación de impactos: no se han acordado y adoptado oficialmente metas cuantitativas de los objetivos de protección de los bosques nativos, indicadores de desempeño de los instrumentos de gestión, una metodología oficial y única de valorización de los servicios ambientales y sociales que brindan los bosques nativos y una evaluación de los impactos sociales y ambientales.
  • La deforestación ilegal persiste: si bien con la Ley de Bosques Nativos se ha dado una baja progresiva en la tasa anual de la deforestación en Argentina, en 2018 el 50% de la deforestación fue en zonas rojas o amarillas. Esto es evidencia de que parte de la pérdida de bosques nativos responde a prácticas ilegales, consecuencia de niveles de control y fiscalización bajos, y de sanciones insuficientes por parte de las autoridades competentes.
  • Pocos Planes de Manejo, Conservación y Formulación: aún es muy baja la superficie de bosques nativos bajo estos planes y existe gran dificultad de acceso a dichos planes por parte de los sectores más relegados y vulnerables, como son los pueblos originarios y campesinos, que viven y dependen del bosque.
  • Avances en la gestión y rendición de fondos: si bien la rendición de los fondos por parte de las Autoridades Locales de Aplicación es una cuestión que amerita mejoras, desde su creación y puesta en marcha el procedimiento se ha ido ajustando a fin de hacerlo más eficiente.

La Ley de Bosques modificó el escenario nacional de protección de bosques nativos y visibilizó la problemática y la importancia de la conservación de estos ecosistemas. Además, fomentó una disminución progresiva en la tasa anual de deforestación en la Argentina, estabilizándose en los últimos años. Sin embargo, a pesar de contar con esta Ley, los bosques nativos de Argentina vienen sufriendo grandes modificaciones producto del cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias, forestales, urbanísticas y viales. El avance de la deforestación y conversión de estos ambientes naturales para dichas actividades ocasiona graves consecuencias sociales, ambientales y económicas, muchas veces, irreversibles.

 

La pérdida de la naturaleza y el surgimiento de las pandemias

Informe: Compartimos la publicación "La pérdida de la naturaleza y el surgimiento de las Pandemias" realizado por la Organización Mundial de Conservación (WWF por sus siglas en ingles)
               

Busca ilustrar los vínculos entre la pérdida de naturaleza y el surgimiento de nuevas enfermedades. Fundación Vida Silvestre Argentina es organización asociada a WWF  en nuestro país.
Al momento de escribir, el mundo se encuentra en medio de una pandemia de proporciones nunca antes vista. El COVID-19, que se extendió por países y continentes, ha causado un incalculable sufrimiento humano, trastornos sociales y daños económicos. A pesar de que la propagación de la crisis actual no tiene precedentes, el nuevo coronavirus sigue a una serie de enfermedades que han surgido en las últimas décadas, tal como el Ébola, el SIDA, el SARS, la gripe aviar y la gripe porcina. Todas se originaron en animales, y existe cada vez más evidencia de que la sobre explotación de la naturaleza por la humanidad es uno de los factores detrás de la propagación de nuevas enfermedades.

Las actividades del hombre han alterado de manera significativa tres cuartos de la tierra y dos tercios del océano, cambiando al planeta hasta el punto de determinar el nacimiento de una nueva era: el “Antropoceno”. Los cambios en el uso de la tierra que acercan a la vida silvestre, el ganado y a los humanos facilitan la propagación de enfermedades, incluidas nuevas cepas de bacterias y virus. Mientras tanto, el comercio ilegal e incontrolado de animales salvajes vivos crea oportunidades peligrosas para el contacto entre los humanos y las enfermedades que estas criaturas transmiten. No es casualidad que muchos de estos brotes recientes se hayan originado en mercados que venden una mezcla de mamíferos, aves y reptiles, tanto salvajes como domésticos, creando las condiciones para el desarrollo de zoonosis viejas y nuevas: enfermedades infecciosas que pueden transmitirse de los animales a los humanos.

Este informe ilustra los vínculos entre los impactos de la humanidad sobre los ecosistemas y la biodiversidad y la propagación de ciertas enfermedades. Si bien muchos de estos enlaces aún no se comprenden completamente, está claro que la salud humana y planetaria están estrechamente relacionadas. La crisis de hoy crea la necesidad urgente de una reflexión profunda sobre la relación entre los seres humanos y la naturaleza, los riesgos asociados con las vías actuales de desarrollo económico y cómo podemos protegernos en el futuro.

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