Bajante histórica del río Paraná: afecta a los buques agroexportadores y hay alerta sobre el consumo de agua en las casas

Frente a la costa de Rosario alcanzó el viernes los 0,13 centímetros, tres metros por debajo del nivel habitual. Podría empeorar en los próximos meses.

          Veleros sobre el fango, en la costa rosarina del río Paraná. La bajante otorga postales inéditas. Foto Juan José García

La costa de Rosario exhibe un paisaje desacostumbrado. La histórica bajante del río Paraná, una de las peores de acuerdo a los registros del Instituto Nacional del Agua (INA), ensancha la costa, castiga en la región tramos de la barranca que se desmoronan, expone a los veleros sobre el fango y extiende la sequía sobre la islas del delta, lo que provoca un daño evidente en la biodiversidad del lugar y el medioambiente.

El sábado se registraron 0,11 centímetros, al menos unos tres metros por debajo de lo que suele alcanzar para esta época. La falta de lluvia en la cuenca superior, de acuerdo a los especialistas, podría complicar la situación aún más en los próximos meses. Se esperan precipitaciones que puedan ayudar a revertir el panorama, en parte, recién para septiembre. Julio, estiman, podría ser particularmente crítico.

De acuerdo al INA, el caudal de agua que ingresa al Paraná en el tramo argentino es apenas un 40% del valor que se promedió en los meses de junio de los últimos 25 años.

      La costa del Paraná en Rosario, en medio de una bajante histórica del nivel del agua. Foto JUAN JOSE GARCIA

Por el momento se descartan problemas en la provisión de agua potable, aunque ya se recomienda a la población hacer un uso responsable del servicio.

La navegación comercial, debido al dragado de la hidrovía -tiene una profundidad aproximada de diez metros-, permite continuar con la operatoria, aunque algunos buques deben salir con una menor carga de cereal para evitar complicaciones y varaduras.

La zona conforma el mayor polo agroexportador del país, desde donde se despachan al mundo el 80% de la cosecha argentina.

El INA marca que en 1944 el Paraná alcanzó en distintas zonas de Santa Fe y Entre Ríos niveles negativos, por debajo del cero o del nivel del mar. El 22 de febrero pasado, en la costa de Rosario, el Paraná tenía 2,88 de altura, por lo que en cuatro meses descendió 2,75 metros.

                                         Los barcos deben reducir sus cargas de cereales para evitar problemas. Es el corazón agroexportador del país.                                                          Foto: Bloomberg

Uno de los temas más complejos para trabajar es el de la provisión de agua potable. En Rosario el río provee con ese servicio a 370 mil hogares.

La empresa Aguas Santafesinas S.A. (ASSA) tiene en toda la provincia siete plantas potabilizadoras –desde Reconquista hasta Rosario– sobre las que trabaja desde el año pasado sumando o renovando bombas extractoras ante un panorama de bajante que, aún con vaivenes, se sostiene desde 2019.

En Rosario posee dos plantas. La más antigua, en la zona norte de la ciudad, procesa 600.000.000 de litros diarios de agua y sus instalaciones en la localidad de Granadero Baigorria toman otros 120.000.000. Veintiuna bombas extractoras trabajan en Rosario.

“Hay un grado de imprevisibilidad que no nos permite saber cómo terminará el río. Hasta el día de hoy no tuvimos disminución de captación. No existe la hipótesis de ausencia de servicio. Puede haber alguna disminución de los caudales”, aseguró a Clarín el gerente de Relaciones Institucionales de ASSA, Guillermo Lanfranco.

 

De acuerdo a los registros de los últimos 365 días, frente a la costa de Rosario el río no alcanzó nunca los tres metros de altura. Un año atrás, en un contexto también complicado, la altura era de 1,02 metro.

En todo el curso del río la bajante genera inconvenientes. La manta del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe quedó una vez más expuesta. Sobre la estructura hay entre doce y dieciocho centímetros de tierra, de acuerdo lo que precisaron desde el Ente que administra la conexión.

"Queremos transmitirle seguridad a los usuarios", plantearon el viernes las autoridades descartando inconvenientes en el tránsito del túnel a pesar de la particular situación que genera la bajante.

"Los equipos técnicos realizan constantes mediciones batimétricas", aunque por el momento no se detectaron "cotas comprometedoras ni anomalías en la distribución del flujo". Además se informó que las cubiertas protectoras muestran "un comportamiento adecuado, dentro de un escenario de aguas bajas".

La empresa proveedora de agua advierte a los vecinos de Rosario sobre el uso responsable, aunque aseguran que no habrá problemas en la provisión. Foto Juan José García


A pesar de garantizar la provisión del servicio, desde la empresa se pide ante los inconvenientes que impone la bajante “un uso responsable y solidario”, evitando utilizar agua para lavar veredas y autos, y buscando que la conducta dentro de los hogares sea medida con el consumo. 

La bajante sostenida en el tiempo provoca además sequías en los humedales del río Paraná, uno de los más importantes del mundo. Esa condición agravó la práctica de quemas que se repitieron el año pasado en las islas ubicadas frente a Rosario. La situación provoca severas consecuencias en la biodiversidad y el medioambiente.

A pesar de la expectativa por el impacto favorable que podría provocar la apertura de represas en Paraguay o Brasil, desde el INA y ASSA acuerdan que no modificará significativamente el panorama.

 

Como la falta de lluvias castiga desde hace tiempo a toda la región los especialistas indican que los países vecinos no retienen caudales significativos de agua.

Este viernes el nivel del Paraná fue de 0,11 centímetros, por debajo de la cota habitual. En cuatro meses descendió 2,75 metros.


De acuerdo a los registros de los últimos 365 días, frente a la costa de Rosario el río no alcanzó nunca los tres metros de altura. Un año atrás, en un contexto también complicado, la altura era de 1,02 metro.

En todo el curso del río la bajante genera inconvenientes. La manta del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe quedó una vez más expuesta. Sobre la estructura hay entre doce y dieciocho centímetros de tierra, de acuerdo lo que precisaron desde el Ente que administra la conexión.

"Queremos transmitirle seguridad a los usuarios", plantearon el viernes las autoridades descartando inconvenientes en el tránsito del túnel a pesar de la particular situación que genera la bajante.

"Los equipos técnicos realizan constantes mediciones batimétricas", aunque por el momento no se detectaron "cotas comprometedoras ni anomalías en la distribución del flujo". Además se informó que las cubiertas protectoras muestran "un comportamiento adecuado, dentro de un escenario de aguas bajas".

Rosario. Corresponsal

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