SALTA: MUJER AFILIADA DE PAMI ,AGONIZA EN HOSPITAL MILITAR LOCAL POR NEGLIGENCIA MEDICA.

El destrato que están recibiendo los afiliados de PAMI se agudiza en este Gobierno.


En medio de una situación desgarradora, la historia de Carmen, una mujer de la tercera edad, ha expuesto las fallas y el sufrimiento que muchos adultos mayores enfrentan dentro del sistema de salud con el Programa de Asistencia Médica Integral .


El pasado 19 de enero, la mujer fue trasladada al Hospital Militar, designado por el PAMI, con un agudo dolor abdominal. Sin embargo, lo que comenzó como una visita médica rutinaria se convirtió en una odisea marcada por la negligencia y la burocracia.


El sábado 20 de enero, Carmen, aún adolorida, recibió la desgarradora noticia de que debido al fin de semana, no podrían realizarle los exámenes necesarios hasta el lunes siguiente.


Erika (hija de la paciente) se comunicó con InfoSalta, para contar el calvario que están atravesando: “el domingo 21, por la tarde, su condición empeoró. Con dificultades respiratorias, el médico que la atendió me dijo que su vesícula había estallado”.


Y continúo: “Luego de esperar tres horas fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos, dónde permaneció durante horas sin recibir la atención que necesitaba”. Producto de esta larga espera la anciana desarrolló un cuadro grave de septicemia.


La hija de Carmen, desesperada por obtener respuestas y acción, se enfrentó a la insensibilidad del sistema y los médicos: “cuando le consulte sobre si podrían realizarle una tomografía, el médico me dijo que PAMI no había autorizado”, además cuándo solicitó acceso a la historia clínica de su madre, se encontró con una burocracia asfixiante que le exigía una orden judicial para obtener información crucial sobre el verdadero estado que atraviesa Carmen. Una barrera más en medio de una lucha desesperada por la vida.


Asimismo, Erika manifiesta que la situación alcanzó su punto más crítico cuando habló con el coordinador de terapia intensiva de ese nosocomio, Ricardo Rivadeneira, quién le reveló “que el hospital militar carecía de un tomógrafo, un equipo básico en cualquier institución médica”. Es necesario mencionar que esta omisión no solo prolongó el sufrimiento de Carmen, sino que también puso en peligro su vida: “ella debía ser operada ese mismo domingo, y se la operó el miércoles siguiente, porque no tenían ambulancia, no tenían tomógrafo, y por que ella tenía el turno de la tomografía para un martes por la tarde, la dejaron esperar todos esos días y actualmente está en estado crítico”.


“Mi acusación directa es hacia el PAMI porque dirige a los adultos mayores a un lugar dónde no están preparados para emergencias, ni siquiera cuentan con un tomógrafo, pido que el PAMI se haga responsable de esto y por último mi otra acusación es a los médicos que se arrodillaron ante el sistema”, sentenció la mujer.


Erika, sumida en la angustia y la indignación, ha decidido levantar su voz y buscar justicia. No solo por su madre, cuya agonía continúa en una cama de hospital sin el debido cuidado, sino por todas las personas adultas mayores que han sufrido similares abusos y negligencias dentro de ese hospital.


El caso de Carmen no es único, es solo un ejemplo de una crisis sistémica que deja a los pacientes en estado de abandono y desesperación. PAMI siempre se destacó por la burocracia, la falta de empatía, y la falta de recursos, este combo se ha cobrado un precio demasiado alto en vidas de ancianos.


Erika está decidida a tomar medidas legales si es necesario, en un intento desesperado por obtener justicia y cambiar un sistema que ha fallado a su madre y a tantos otros

 Fuente : INFOSALTA

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